Existen muchas definiciones para este verbo, en lo particular me gustan dos, una por facilidad y la otra por su rigor:
Definición 1:
Una fácil recordación: “es hacer dinero con dinero”.
La actividad básica de un inversionista es tomar el ahorro de las familias y ponerla en instrumentos de inversión y obtener una compensación por postergar el consumo.
Definición 2:
La segunda y mucho más formal es la que dio el conocido como el “decano de la inversión en valor (value investing)” el muy admirado y reconocido Benjamín Graham, el cual quería hacer una clara distinción entre especular e invertir en los mercados de valores.
“Una operación de inversión es aquella que, tras un análisis a fondo, augura la seguridad del capital y un rendimiento satisfactorio. Las operaciones que no satisfagan estos requisitos son de carácter especulativo”.
Además, hizo hincapié en los termino de la siguiente manera:
“análisis a fondo”:
“el estudio concienzudo de los hechos disponibles, con el propósito de extraer conclusiones basadas en los principios establecidos y en la lógica”.
“seguridad”:
No se refería en términos de manera absoluta, lo contextualizaba en el sentido que siempre se tienen que involucrar sucesos fortuitos (recesiones económicas, crisis, etc.).
“satisfactorio”:
Se refería a lo que consideraba el inversionista como una rentabilidad aceptable. Tengase en cuenta que en años posteriores la teoría financiera incorporaría el concepto de riesgo, es decir que “satisfactorio” puede reinterpretarse como un riesgo acorde a la tolerancia del inversionista a las volatilidades y expectativas de los mercados.
Fuente:
Security Analysis, Benjamín Graham, publicado por primera vez en 1934 y reditado en español en 2009 por Deusto.
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